BEATO DON CRUZ LAPLANA



Nació en Plan (Huesca) el 3 de mayo de 1875, siendo bautizado en el mismo día. Sus padres Alonso y Josefa, tuvieron diez hijos, de los cuales solamente cuatro llegaron a la mayoría de edad. Estuvo en el hogar familiar hasta los diez años, y después fue al internado de los Padres Escolapios en Huesca. A los 11 años ingresó en el seminario de Barbastro, donde se formó intelectualmente en las ciencias profanas y eclesiásticas y acrecentó su vida de piedad. Era muy apreciado por todos sus compañeros y profesores. Fue ordenado sacerdote el día 24 de septiembre de 1898.Estudio luego derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Zaragoza, de la que, el 29 de septiembre de 1900, fue nombrado profesor auxiliar. Se doctoró en Teología por la misma Universidad y llegó a ser profesor ordinario en el Seminario y en la Universidad.
Desde 1912 hasta 1916 fue ecónomo y párroco en Caspe, donde brilló por su caridad y buena acogida de todos los feligreses, fomentando además el culto y la práctica de los sacramentos y la devoción a la Sagrada Eucaristía. De 1916 a 1922 estuvo de párroco de la Iglesia zaragozana de San Gil. Brilló por su celo y caritativa dedicación por las gentes más humildes. El 30 de noviembre de 1921 fue nombrado obispo de Cuenca y consagrado el día 26 de marzo de 1922 en Zaragoza. Tomó posesión de la diócesis el día 2 de abril y ejerció su labor apostólica durante catorce años. Renovó la diócesis y puso sumo interés en la formación integral de los alumnos del Seminario. Fomentó las asociaciones piadosas y caritativas de la Acción Católica y de las Hijas de María. Cuando tomó posesión de la Diócesis-era domingo de Ramos-, durante la triunfal entrada en la ciudad, alguien había dicho que nunca detrás de aquel día llegara un viernes santo.
El día 19 de julio de 1936 un grupo de milicianos armados rodeó el obispado, donde don Cruz quedó prisionero hasta el día 28 en que pudo trasladarse al Seminario, en compañía de otras personas y de don Fernando Español, su fiel familiar y secretario. El Alcalde de la ciudad, como él mismo declaró más tarde en el proceso informativo para la Causa de beatificación, intentó liberarlo, enviando unos Guardias Civiles para que saliera disfrazado entre ellos. Pero Mons. Cruz se negó rotundamente, diciendo que su uniforme era la sotana y su obligación estar junto a las almas a él encomendadas. En la noche del 7 al 8 de agosto de 1936 fue conducido junto a su secretario a la carretera de Villar de Olalla y en el kilómetro 5, en el cerro denominado "Puente de la Sierra", una bala de fusil y siete de pistola les quitaron la vida por el solo hecho de ser sacerdotes y profesar su fe en Jesucristo. Sus últimas palabras fueron: "Que Dios os perdone como yo os perdono y bendigo......".Y ya no pudo decir más. Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de la ciudad y hoy están en la catedral. Tenía 61 años.




Himno a los martires



MÁRTIRES TRINITARIOS DE BELMONTE (Cuenca)


BEATO Luis de San Miguel de los Santos
Nació el 25 de agosto de 1891 en el lugar de Amorebieta. Tras haberse consagrado a Dios con los votos solemnes en 1910, recibió el orden sacerdotal el año 1916. Fue profesor y superior del convento de Belmonte, y definidor provincial. Fue asesinado, junto a sus compañeros, el 24 de septiembre de 1936, tras algunos días pasados en prisión.

BEATO Melchor del Espíritu Santo
Nació el 28 de enero de 1899 en el pueblo de Laguna de Negrillos. Emitió su profesión solemne el año 1921; en 1924 recibió la ordenación sacerdotal. Se entregó a la enseñanza, a la predicación y al ministerio del confesionario. Por los tiempos del martirio era, desde hacía poco tiempo, superior del convento de Belmonte.

BEATO Santiago de Jesús
Nació el 22 de noviembre de 1903 en el pueblo de Líbano de Arrieta. Se consagró a Dios con los votos solemnes en 1924; recibió el sacerdocio en 1927. Fue maestro y profesor de los novicios.

BEATO Juan de la Virgen de Castellar
Nació el 16 de mayo de 1898 en el lugar de Villarrubia de Santiago. En 1923 emitió su profesión solemne como hermano laico. Desempeñó los oficios de cocinero y portero, e igualmente cuidó de la enseñanza de la religión a los niños.